Santos días para comer roedores y cocodrilos

Almuerzo santo. En Barinas.
Almuerzo santo. En Barinas.

Son siete los días que conmemoran, en la religión católica, el vía crucis de Jesús Cristo. Este número se hace presente en varias actividades que realzan el fervor cristiano y buscan la redención cumpliendo ciertas tareas: consumir los siete platos o siete potajes, visitar siete templos, todo al parecer representando las siete caídas del personaje, sufridas durante 14 estaciones llenas de penurias, que terminan en un resucitado y glorioso dios hijo que se eleva hasta los cielos, con la valerosa labor de haber limpiado los pecados de la humanidad, bueno al menos a los contemporáneos de aquellos días, hoy los golpes de pecho abundan.

En mi casa habían pasado varios años que se hacía caso omiso al compartir en familia la mesa en la semana mayor, que tiene por regla principal evitar las carnes rojas, aunque ya la iglesia católica ha mencionado que quien la consuma en esos días sagrados no se irá al infierno y tampoco se consumirá entre las llamas avivadas por Belcebú; vaya, que bueno saberlo.

El encuentro fue bucólico, en granja de una tía materna en el sector Caroní, estado Barinas, existe allí un fogón amplio, que asomaba desde la distancia un humillo blanco y al acercarse, junto al aroma de cenizas, formaban preámbulo a una comida sabrosa, abundante y única para esta ocasión, con la carne de un gran roedor y un cocodrilo cómo protagonistas.

Las siete preparaciones fueron:

  1. Pisillo de Chigüire: el Chigüire o capibara, es el roedor más grande del mundo, se alimenta sólo de plantas y es popular consumirlo en semana santa. Se vende su carne seca, envuelta en una capa de sal, esta se deja remojando al menos unas dos horas en agua salada. Se limpia bien, se deshilacha o desmecha, para luego saltearse con abundante sofrito criollo (mezcla de ají dulce, cebolla, ajo, cebollín picados en diminutos trozos y sofrito en abundante aceite onotado), se puede agregar un toque de salsa inglesa, que particualrmente me encanta.
  2. Pisillo de Baba: la baba es un cocodrilo pequeño que se encuentra sobre todo en las regiones llaneras de Venezuela, en lagunas o estanques. Su carne es suave, luego de desalar y lavar, y posee un sabor que recuerda un poco al pescado seco. Se prepara de la misma forma que el pisillo de Chigüire.
  3. Yuca: tubérculo muy apreciado en este lado del mundo, simplemente se sancocha en mucha agua caliente con una cucharada de sal, al estar blanda se retira del fuego y ya se puede servir en trozos generosos. También es base de los buñuelos, bolitas hechas con masa de yuca, que luego se fríen y se bañan en miel, no pude quedarme para probarlos esta vez.
  4. Arroz amarillo: arroz cocido, pero sofrito antes con una buena cantidad de aceite onotado,  lo que le da ese particular color y se tapa durante su cocción con una hoja de plátano.
  5. Ensalada rosada: su sabor dulzón combina excelentemente con los contundentes sabores de las carnes, se hace con papas, remolachas y zanahorias cocidas, cebolla picadita, cilantro, huevo cocido y un aderezo de mayonesa con un toque de mostaza.
  6. Dulce de lechosa. Rey de celebraciones familiares en Venezuela.
    Dulce de lechosa. Rey de celebraciones familiares en Venezuela.

    Dulce de lechosa: presente en toda festividad venezolana, como la navidad y la semana santa, son trozos de lechosa o papaya verde, confitadas en almíbar con canela y clavos de olor.

  7. Sopa de frijoles (pongalamesa): esta sopa se prepara con unos frijoles de color blancuzco o amarillentos, se remojan un día antes, se cocinan en bastante agua, se espera que estén blandos y se condimentan con comino, sofrito criollo, culantro y sal.

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